martes, 3 de marzo de 2015

Entre horas parte cinco

Estoy en casa de mi abuelo.
Normalmente venimos los domingos
pero hoy es sábado.
Desde hace una temporada
también venimos a su casa
los sábados.
Creo que este año cumplirá
93 años
creo.
Son tantos que no me acuerdo
cuántos va a cumplir.
Ha pasado por mucho.
Estuvo trabajando en las salinas
de esta isla.
Hacía el camino de su casa
hasta las salinas
cada día
y varias veces.
Cualquiera de nosotros
si tuviera que hacer todos estos kilómetros
cada día
moriríamos en el intento.

Estuvo construyendo
la iglesia
de su pueblo,
y de paso
perdió una uña
con una de las piedras
de la entrada.
Eso demuestra
que las iglesias
no surgen
de la combustión espontánea
ni las ha creado el Señor
del Espacio.

Ha pasado por nosecuantas
operaciones.
Tuvo cáncer de piel
cuando yo era pequeña,
y realmente nunca
se ha deshecho de él.
Toda la vida
ha trabajado en el campo,
toda la vida
ha estado expuesto al sol
y en Ibiza
nos sobra.

La última operación
fue hace un par de años
y desde entonces
ha tenido rachas
de encontrarse mejor
y peor.
Hombre, tiene
una edad.

Se que el día que se vaya
-por no decir otra cosa-
no creo que sea capaz de volver a esta casa.
No se.
Soy egoísta.
Mucho.
Pero no quiero que se vaya.

Es la única persona
que no me ha reñido
nunca
en la vida.
Y yo soy un desastre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario