sin querer
la conversación de
whatsapp
que tenía contigo.
Desde junio
desde que te vi mi número
por privado
de twitter.
Desde junio
sin borrarlo
tantas cosas buenas
que me dijiste,
tan pocas malas
que también me dijiste.
Realmente, nunca
me has dicho
demasiadas cosas malas.
Lo último que me dijiste,
ayer.
Eso fue malo
pero no te culpo,
nunca te he culpado de nada.
Tú podrás imaginarte
lo que quieras
pero nunca lo he hecho.
Si hubiera querido
culparte de algo,
la semana pasada
no nos habríamos visto,
ni paseado,
ni hecho nada
de nada.
Quizás me gustaste demasiado
te lo dije una vez
y tú me contestaste
que no sabías que decir.
Hay muchísimas cosas
que sólo me dijiste una vez
y las recuerdo como
si me las hubieras
dicho hoy.
Un día en verano
te dibujé 5 corazones
porque te dije
que era lo único que sabía dibujar.
Te los dibujé en una hoja
mientras yo estaba
en el trabajo.
Tú me dijiste
que eras el que estaba
más apartado.
Que eras el solitario.
Y yo dibujé otro
al lado
y te contesté
que ya no estaba solo,
que tenía compañía.
A lo que me preguntaste
que si yo era ese recién
dibujado.
Te dije que si querías
que lo fuera
y me dijiste que si.
Pensándolo ahora
fríamente
no se si lo dijiste
de verdad
o para hacerme ilusiones
o algo.
No se.
Pero jo,
lo mucho que me has gustado
y lo que me sigues gustando...
Menos de lo que me gustaste,
eso si.
Nunca te has hecho ilusiones
pero ahora no estoy
tan enamoradísima
de ti.
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