Estaba yo en un sitio con un chico, llamémosle X (cual ecuación) y estaba hablando con él y bueno, estaba con él en general. Y yo me fui, probablemente al baño, y me paré a observarlo desde la distancia. Cuando él ya no me vio más, empezó a flirtear y ligar con una chica. Y yo delante. Bueno, ya sabemos todos y todas como se nos acelera el corazón al ver a la persona que nos gusta ligar con otra. Y como si fuera poco, nosotros delate. Mi 'yo' del sueño estaba pasando su peor rato y el 'yo' consiente estaba haciendo memoria de amigas que saben que te gusta alguien y van a machete a por él estando con otro chico. Fue un momento en el que los segundos pasaban como si fueran horas y menos mal que no pasaron muchos hasta despertarme, porque estoy segura de que lo hubiera hecho llorando.
Cuando me desperté, en seguida me quedé como confundida. No sabía donde estaba, no era mi habitación y desde luego que el aire que respiraba no era el de mi ciudad. Me giré y ahí estaba X. No era un sueño, era verdad. Al verle, todas las cosas que había sentido durante esos segundos volvieron a flotar y yo no sabía muy bien que hacer. Sólo tenía ganas de llorar. Y no se porqué. En un segundo me pasó hasta por la cabeza eso de marcharme sin dejar rastro y sin hacer ruido, pero eso no hubiera sido posible. Soy como un elefante en una cacharrería y yo era la que dormía al lado de la pared, así que no.
Así que me intenté autoconvencer de que sólo era un sueño y de que, en ese momento, yo era la que estaba con él, así que me giré, le di un beso en la espalda, y seguí durmiendo.
(Magritte - Los Amantes)

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