miércoles, 29 de abril de 2015

Los placeres del condenado - p. nueve



Los últimos días del muchacho suicida:
ahora puedo ya imaginarme
pasados aquellos dias y noches suicidas,
que de un asilo de esos asépticos me saca en silla de ruedas
(claro, esto sólo si me hago famoso y tengo suerte)
una enfermera subnormal y aburrida...
y ahi estoy, sentado muy recto en mi silla de ruedas …
casi ciego, ojos en blanco con la pupila vuelta al lado
oscuro del cráneo buscando
la misericordia de la muerte
[…]
despues de tanto amenazar con hacerlo
alguien se ha suicidado por mi

al fin

(fotografia - Sydney Sie)

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