martes, 27 de septiembre de 2016

folie à deux

Después de un buen par de meses desaparecida, de muchas cosas que han pasado y se me han pasado por la cabeza, vuelvo a escribir durante cinco minutos en los que se podría decir que no tengo nada que hacer.

Como muchos y muchas sabréis, llevo trabajando desde antes de terminar la universidad. Para ser más exactos, terminaba en junio y llevo trabajando desde el 2 de mayo. Habrá alguien que sepa donde estoy trabajando y habrá muchos otros más que no pero os podéis imaginar donde lo estoy haciendo: un sitio por donde pasa mucha gente y no precisamente nacional.

Durante estos meses he tratado con bebés, niños, early teenagers jugando a Pokemon Go, teenagers que van vacilando hasta a un sofá, adultos y personas mayores, pero sobretodo he tratado con gente de mi edad (23 años) y menores con niños. Pero no uno, para nada. Había gente menor que yo que tenía 4 y los que faltan por venir. Debido a esto, le he estado dando muchas vueltas a demasiadas cosas y no me ha quedado nada claro todavía.

Son personas que trabajan, tienen su propia casa y una familia que han formado ellos mismos. Tienen 23, 20 o 18. Han dado un paso enorme. Algo que yo todavía no he hecho.
No estoy diciendo que cuando termine de trabajar me pondré a tener hijos como si no hubiera un mañana, no, sino que siento que estoy llegando muy tarde a la fiesta. Tan tarde que yo todavía pienso que tengo 18 recién cumplidos. Nunca he tenido lo que se conoce comúnmente como pareja y la verdad que estoy bien así aunque a veces tenga ganas de abrazar a alguien
(porque el día ha sido muy duro o porque estoy cansada de x cosa) sin tener que pedir permiso para ello. Si, aunque suene extraño y triste, más de dos y tres veces le he pedido permiso a alguien para abrazarlo/a.

Veo a gente venir de vacaciones, solo dos adultos o estos + sus churumbeles y los veo felices. Creo que es por esto último por los que les tengo envidia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario