¿Qué es lo primero que se os viene a la mente cuando escucháis 'Ibiza'? Quizá lo primero sea la fiesta, o las drogas, o los guiris borrachos tirándose del balcón o todo junto a la vez y lo entiendo porque esta es la cara que se le da a esta isla, la cual triplica su población en verano y se explota hasta la médula para darle seis meses de descanso y, a partir de mayo del año siguiente, vuelta a empezar.
He nacido aquí. Mi madre es de aquí (mi padre es de Mallorca, vaya combinación güena, oiga). La parte que considero familia (pero de verdad) vive aquí y/o ha nacido aquí.
Esta isla no se parece en nada a lo que era cuando yo era pequeña, sólo hace (casi) 23 años. Esta isla no se parece en nada a lo que era cuando mi padre llegó aquí desde la isla vecina. Esta isla no se parece en nada a lo que era cuando mi madre nació hace 59 años. ¿Entendéis dónde quiero ir a parar?
A partir de los años 90, este trozo de tierra que me alberga ahora, ha cambiado lo que no está escrito. Desde destino turístico familiar a ruta de fiesta y droga a isla donde van de vacaciones la mayor parte de las personas que aparecen en las revistas (juntándose con la movida de la fiesta y la droga, que eso nunca se marcha).
Puede ser que estéis pensando que esto que acabo de escribir no tiene ningún sentido y que de que me voy a quejar esta vez porque todavía no he dejado nada en claro. Me voy a quejar de cómo se intenta vender a la isla y que es lo que hace de verdad la gente de aquí para venderla. Os resumo: hipocresía.
Trabajo en un sitio turístico (quién me siga en snapchat lo sabrá) y en este sitio acuden muchas familias, por no decir que el 100% de la clientela son familias.
A nuestro trabajo la semana pasada nos trajeron souvenirs para vender a la gente: postales, llaveros, bolígrafos, imanes, etc. para que se lleven un recuerdo de vuelta a su país aparte del moreno/gamba que llevan cuando se van.
Repito: al trabajo vienen niños. Pues bien, el martes me tocaba turno de 4 de la tarde a 12 de la noche. Me levanté de la silla y fui a colocar bien las postales (tengo una manía MUY fuerte con que todo esté recto. ODIO las cosas torcidas: cuadros, postales, la ropa... me da igual). Cuando las estaba colocando miré a ver que clase de material teníamos, es decir, que tipo de postales vendemos: fotos de playas, ediciones hechas con el pain de los años 90 que todavía no se han actualizado, fotos de la ciudad antigua, una foto muy bonita de unas calles de la parte antigua... y algunas fotos de fiesta, culos y tetas. Así, tal cual. Una muchacha desnuda con una lagartija ctrl c ctrl v con el paint y las letras Ibiza abajo. Primer plano de culo con tanga de una chica, misma edición horrorosa de lagartija con paint y las mismas letras abajo. Otra edición cutre de paint con fotos de gente borracha y de fiesta con fondo rojo (creo recordar) y algo así como a ibiza se viene de fiesta.
Tenemos llaveros tipo Route 66 pero los nuestros ponen Ibiza 69. Otro llavero reza Keep Calm and party in Ibiza en lugar del archiconocido Keep calm and carry on. Podría seguir así durante muchas horas, diciendo que tipo de souvenirs se venden en casi todas las poblaciones de esta isla (que yo recuerde, no hay nada más que vendamos que llame la atención): hipersexualización sin razón alguna, alarde de fiesta y sexo y más de una vez he visto souvenirs vendiendo cosas que hacen referencia a drogas. Dejando aparte de que todo esto lo ven los niños (yo misma cambié la ubicación de dos tipos de postales porque estaban demasiado abajo y los niños lo podrían ver y preguntarse cosas como yo me preguntaba a los 5 y 6 años) os comento que muchas de las cosas que se venden son distribuidas por empresas de aquí.
La gente de aquí: la mayoría, por no decir TODA LA POBLACIÓN se queja del turismo de kk que tenemos. Porque es así. El 90% de la gente que viene lo hace para ir de fiesta, drogarse hasta las cejas y ponerse al sol por las mañanas de resaca y así todos los días. Si la población de aquí reniega de este turismo de poca calidad que tenemos, ¿porque se enseña como si fuera lo más normal, por parte de los comerciantes y los propios distribuidores, este tipo de visitantes y esta actitud y comportamiento cuando, en realidad, aprovechan la mínima ocasión para comentar e indignarse de que esto está destrozando la isla?
Y esto, niños, se llama hipocresía.
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