jueves, 5 de octubre de 2023

Special needs

No puedo escuchar Placebo. No ha sido nunca mi grupo favorito pero no puedo escuchar Placebo. No creo que pueda llegar a escuchar alguna vez más alguna canción suya sin acordarme del sentimiento que tenía dentro del pecho la última vez que lo vi. 

Era verano. 2019. Lo conocí por pura casualidad y la primera vez que lo vi sentí una cosa que hacía mucho tiempo que no sentía. Quedé con él pasada la medianoche debajo de mi casa. Yo me había pedido una pizza para cenar porque no había comido nada desde hacía muchísimas horas. Había quedado con otro chico antes que con él, pero no significaban nada para mí, ni uno ni otro. Aprendí a no pillarme por nadie, intentar saciar algún instinto primario con alguien a quien le tuviera un poco más de confianza y ya está. Pero esa noche él me rompió todos los esquemas que tenía hechos en mi cabeza. Cené con mi peor cara delante de él y encima de mi cama, hablamos de muchas cosas que ya no recuerdo pero parecía que era un amigo al que hacía muchísimo tiempo al que no veía. 

Se hicieron más de las 3 de la mañana y él tenia que salir de su casa a las 6 de la mañana para ir a trabajar. Le dije que si quería se podía quedar en mi casa a dormir porque el camino de vuelta a la suya era larguísimo y, probablemente, llegaría casi a las 4. Me dijo que si. Le di una camiseta y nos pusimos a dormir. No había habido ningún tipo de acercamiento, ni por una parte ni por otra. Me puse a dormir en mi lado de la cama y de cara a la pared (porque siempre duermo cara a la pared) y sentía que no debía estar así. Me gire y si no hubiéramos estado con la luz apagada, nos hubiéramos estado viendo las caras. De golpe y sorpresa me empezó a tocar la mano y posteriormente me abrazó. No se que le hizo hacerlo pero me sentí bien y en paz. Llegué a pensar que si mi vida terminaba en ese momento yo estaría por siempre en paz conmigo misma. Y después me besó. Y yo le besé. Y pasaron las horas haciendo lo mismo. 

A las 8 salía de mi casa. Ya llegaba tarde. Le fui a abrir la puerta y se despidió de mi como si cuando terminase la jornada laboral supiera que yo lo estaba esperando en casa. 

Siguieron las semanas, despacio pero sintiendo cosas que no podía expresar. Estaba feliz, muy feliz. No podía escribir sobre el amor o, en su defecto, el cariño que sentía hacia él. No se escribir cuando estoy feliz. No puedo escribir cuando estoy feliz. Solo puedo escribir cuando no hay ni un gramo de eso a lo que llaman ‘felicidad’ en mi cuerpo.  

Esperaba con ansias la noche en la que nos veríamos. No hacíamos nada más. Todo iba lento y fluido, pero no hacía falta acelerarlo. Hasta que  un día desapareció. Me dijo que vendría y estuve esperando horas. Llamaba, enviaba mensajes, nada. La nada. Silencio. Me costó asimilarlo. ¿Qué había hecho mal? Hubo silencio día si día también. Los días se convirtieron en semanas. Y las semanas en meses. De golpe apareció para felicitarme el cumpleaños, unos dos meses después de callar. No hubo disculpas. 

Volvieron a pasar las semanas y me habló. Quedamos (obviamente quedamos, estaba radiante de felicidad al saber que volvería a verlo). Era por la tarde y él tenía que ir a hacer recados. Yo le acompañé. Todo fue frío. Como si fuéramos dos desconocidos. Sabía que era una de las últimas (o en su defecto, la última) veces que lo veía pero no podía aceptarlo. Cuando nos despedimos le di un beso. Las últimas palabras que salieron de su boca fueron ‘es cereza?’. Le dije que sí. Salí del coche. Subí al mío y me dirigí a casa. No veía nada, las luces de la carretera se difuminaban delante de mis ojos. No sabía donde terminaba el astigmatismo y donde empezaban las lagrimas. Necesitaba no escuchar a mi cabeza y puse música. Empezó a sonar Placebo. Estuve todo el camino de vuelta a casa aceptando el luto por el que iba a pasar. No sabía que hacer, donde meterme. No podía escribir porque lo único que sabía hacer en ese momento era llorar. 

Al cabo de las semanas me envió un mensaje para pedirme perdón por su ausencia. Una madre de viaje y pasar tiempo con ella, un móvil roto y mucha vergüenza de decir cosas a destiempo fueron sus razones. Le dije que no pasaba nada (nunca pasa nada, no se si soy una ‘people pleaser’ pero por temor a cualquier cosa ‘nunca masa nada’) y quedamos para dentro de unas noches. Hablamos algo y parecía ir todo bien. Hasta que esa noche nunca llegó. Decidió no molestarse siquiera en disculparse por su falta de palabra una segunda vez. Nunca lo hizo. Nunca lo ha hecho. 

Hace relativamente poco (no se si ha sido a principios de este año 2023 o a finales del año pasado 2022) donde finalmente lo ha eliminado de mi lista de seguidores y seguidos de instagram (bendita herramienta que me ha permitido echar a gente de mi vida en la red) ya que a pesar de que después de todos estos años no se disculpó, si que seguía viendo mis historias y dejando algún me gusta que otro. Supongo que es lo que me merezco, o me merecí en ese momento. Creo. No se. Supongo. No es rencor lo que le guardo, ni muchísimo menos, pero realmente ni me apetece y me apetecerá volver a pasar por todo el rango de sentimientos que estuve pasando esos meses. Sentimientos que ni la medicación podía ahogar. 


Nunca he vuelto a poder escuchar a Placebo. Ni ‘Africa’ de Toto. Ni a Nacho Vegas. Pero esas son otras historias

miércoles, 20 de enero de 2021

21 21

 estoy cansada. cansada de esta incertidumbre laboral. cansada de no saber si este año voy a poder trabajar (otra vez, el año pasado solo fue un mes y medio). cansada de no saber hacer nada más aparte de mi trabajo actual, no saber hacer nada, no servir para nada. 

estudié una carrera que no quería estudiar, porque no sabía que cosas eran necesarias para irme a estudiar lo que yo quería. cuatro años sin tener ni puta idea de economía, mates y demás. yo no se hacer nada de eso, soy medio gilipollas, soy 'de letras' y ni eso porque mi 'attention span' es mínimo, para leer cosas que no me interesan y cosas que no me motivan. 

hacer algo para los demás, para la satisfacción de los demás. aprender a tocar el piano, que te compren uno para practicar y abandonarlo porque no hay nada que te motive y pasas de tus 'tareas' a los 6 años.

10 años después volver a retomarlo para complacer a los demás. duré dos años más, me escapé de clase varias veces (una de ellas con llamadas de teléfono a punto de marcarse a la policía porque había desaparecido). todo para los demás, con cero motivación para hacer nada


sin trabajo, sin saber hacer nada aparte de hablar (y a veces ni si quiera eso) pero todo para los demás. nada para mi. que me gusta? ya ni lo se. a los 27, sentada en una mesa camilla, sin futuro y con un pasado vivido para el resto. 

no future. pero además de verdad 

sábado, 15 de agosto de 2020

hoy he conocido a alguien

15/08/20  13:51


Puede ser que coincida que los días que estoy más ‘escritora’ son los dias en que no me tomo las pastillas? 

Puede ser que las pastillas que llevo tomando casi 6 años me ayuden a estar un poco más ‘normal’? (si alguien me puede decir que es lo normal)


Le tengo envidia a la gente feliz. La envidia es muy mala pero le tengo envidia a la gente que no quiere tirarse por la primera ventana que ve. 

Es muy difícil esconder esas ganas que uno tiene de morirse. Es difícil hacer vida con esos sentimientos a cuestas. Es difícil ver como todo el mundo a tu alrededor tiene una vida envidiable mientras que tu estas pasando por un bache tan grande que no sabes que hacer con tu cabeza (si que lo sabes, pero no lo dices)

Es todavía más difícil vivir con esto dentro de tu cabeza y no contárselo a nadie porque sabes que no le importas a nadie. Que lo vas a contar y nadie te va a hacer caso. 

Pero un día encuentras a alguien que te quiere escuchar y lo quieres guardar como el mayor tesoro que podrías llegar a tener en la vida. 

No quieres que se vaya, no quieres que desaparezca. Qué vas a ser sin esa persona? sin poder abrirte en canal sobre cada sentimiento que tienes y que no sabes explicar con palabras.

No hace falta que lo expliques, porque esta persona o entiende todo, ha pasado por lo mismo


Lo quieres guardar para siempre, no quieres que desaparezca. Que vas a hacer si lo hace? si de verdad desaparece? vas a llorar una perdida que va a ser imposible reemplazar. Tienes que aprender a vivir otra vez como estabas viviendo hasta entonces, con todo dentro de tu cabeza, hablando en voz alta para poder soltarlo por la boca, a ver si las plantas o las paredes te contestan. Llorar hasta que tengas ganas de vomitar. 

como puedes mantener a alguien que ya tiene suficiente con sus demonios para tener también que aguantar a los tuyos? 

domingo, 9 de agosto de 2020

miedo

 Más que miedo en general es miedo al rechazo específicamente. Es una cosa con la que he vivido desde que tenía 14 años (bastante accurate, ¿verdad?) y todavía recuerdo el día en que ese miedo se volvió irracional. 

Back to the future, pero al pasado. Yo iba a 3º de la ESO. Edad del pavo más que nunca. Me empezó a gustar un chico de mi clase, con el que había ido ya los dos cursos anteriores. Lo llamaremos M (básicamente porque su nombre empieza con M). Realmente no se cómo pasó eso de que me empezase a gustar pero tengo una ligera sospecha. En ese entonces yo estaba muy enganchada a la música de Linkin Park y este chico me recordaba muchísimo a Chester Benington, entonces como Chester era mi 'crush' (amor platónico lo llamábamos en mi época) pues éste chico, poco a poco se fue convirtiendo en mi amor platónico. La vida, que cosas. 

Yo me lo guardaba todo para mis adentros. En el instituto no tenía amigos, sólo compañeros y tampoco es que me fiase demasiado de ellos y ellas para contarles mis intimidades, así que se lo conté a mi madre para poder desahogarme un poco. En fin, el tiempo fue pasando y un día estando yo en el messenger (qué tiempos) una chica de mi clase me abrió chat. Empezamos a hablar y de golpe me soltó la bomba:
- a ti te gusta M, ¿verdad?
Me puse hasta nerviosa. ¿Cómo había descubierto mi secreto más inconfesable?
Le dije que si. ¿Qué iba a hacer? ¿Mentir? Me habría pillado al día siguiente en clase y me lo hubiera preguntado de nuevo y delante de todo el mundo. 
Empezamos a hablar sobre el tema. Ella lo conocía de hacía muchos años porque había ido a primaria con él y pues bueno, me decía que era buen chico y tal. Nada más allá de eso.

Pasaron los días y hubo más gente que se enteró. Entre ellos, el grupo de amigas de esta primera chica (a la que llamaremos MR). Entonces, MR, V, C y A ya lo sabían y con ello vinieron los interrogatorios. No hace falta decir que 'se les escapó' que me gustaba M... y ahí empezaron las risas y las burlas. A ver, yo ya estaba acostumbrada a ellas, ya que A en el curso anterior me había hecho la vida imposible. Así que dos chicos amigos de M (JB y JL) empezaron a amenazarme con que si no le decía a M que lo quería y que me gustaba me iban a pegar una paliza. Estos dos chicos tenían uno y dos años más que yo, así que, literalmente, estaba cagada por lo que me pudieran hacer.

Yo no quería hacerlo, para qué pensaba, si ya se que no le gusto a M. Además de la vergüenza que yo podía llegar a pasar pues a M también le daría vergüenza que una cosa como yo se le declarase. 
Las esperanzas de que todo estuviera tranquilo en clase se derrumbaron. Cada día era una pesadilla y me pusieron de fecha límite un viernes para decírselo. 'Si no lo dices, te pegamos'. La vida esos días era agobiante y un infierno, para que voy a mentir. 
Llegó el viernes y no recuerdo qué pasó pero me escaqueé. A lo mejor les pedí tiempo y les dije que lo haría el lunes, pero que no me pegasen. Me lo concedieron. 

Llegó el lunes y con él el día en el que yo tenía que decir lo que sentía. Y lo tuve que hacer a las 2 de la tarde, después de acabar la última asignatura. Ese dia tocaba educación física. Cuando nos dirigimos a la puerta de salida se paró toda la clase bajo las órdenes de JB y JL.
- Ya sabes lo que te toca - dijo uno de los dos.
Me quería morir. Llegaba el momento. Tenía que expresarme y quedar en evidencia delante de toda la clase, unas 20 personas, de las que ninguna salió a defenderme (estaba claro que nadie iba a salir a defenderme pero yo esperaba que alguien me ayudase en ese momento).
- Bueno, eso M, ya lo sabes- dije yo.
JL y JB: - No no, eso no. Lo tienes que decir. Sino te pegamos.
- M te quiero- pausa dramática donde se paró hasta el mundo
M: - Pues yo a ti no
- Ya lo sabía- añadí yo con la última gota de dignidad que me quedaba.
Me di la vuelta y salí antes que todos, mientras escuchaba risas a mis espaldas. Volví a casa llorando durante todo el camino. 
Cuando mi madre me vió llegar se preocupó y me preguntó qué había pasado, a lo que yo le contesté lo que pude mientras lloraba. Se puso triste y me dijo que no me preocupara, que ya había pasado todo y que si no le gustaba al chico pues allá él. (Con el tiempo y con conversaciones más 'profundas' con mi madre me enseñó a que nosotras somos más fuertes y que no merece la pena rayarse por un tio. ¿Qué no le interesas? Pues bye y si te he visto no me acuerdo. ¿Qué solo lo quieres para pasar un buen rato y ya? Pues que te quiten lo bailado)

Esa tarde recuerdo que fui a la tienda de discos de mi pueblo a mirar a ver si había algo interesante (yo llevaba dinero encima, así que estaba en mi mente comprar algo para levantarme los ánimos). Encontré el disco nuevo de Snoop Dogg Ego Trippin' y decidí comprarmelo de una. Sin pensarlo. Necesitaba algo que me reconfortase el mal trago que había pasado unas horas antes. Así que volví a casa contenta con mi nueva adquisición y pensando que si no hubiera pasado lo que había pasado, no tendría ese disco.

Al día siguiente lo llevé a clase (el disco) porque sabía que a M le gustaba Snoop Dogg, de hecho, ya le había dejado con anterioridad el Rythm and Gangsta: The Masterpiece del mismo artista. Se podría decir que de buena que era, también era tonta. Yo llevaba el disco en la mochila y, al entrar en clase y abrirla, actué como nunca haciendo el gesto de 'ay seré tonta, que ayer lo metí aquí dentro y no lo he sacado' y él se fijó. Me preguntó que qué disco era y le dije que el nuevo, que recientemente me lo había comprado y me pidió si se lo podía dejar para que lo grabase. Dije que si, porque soy tonta. 
A lo largo del día iba escuchando algún que otro comentario por parte de mis compañeros pero intentaba hacer oidos sordos. 
Los comentarios pasaron de sólo en clase a comentarios en los recreos y en una clase optativa que hacía con otros compañeros de las demás clases. Cuando llegaron ahí los comentarios fue querer que me tragara la tierra y desaparecer. Ya hacía tiempo que aguantaba risas y burlas por la parte de esos otros chicos y ahora tenían doble motivo para reírse de mí. Fue el infierno en la tierra. 
Llegó a un punto en el que cuando yo iba a bachillerato seguía aguantando las risas y los 'M te quiero' por los pasillos cuando alguno de esos personajes me veía. Cuando la gente dice que los mejores años de su vida son los del instituto me gustaría que hubieran visto y aguantado lo que mucha gente ha tenido que aguantar durante esa época.


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Lo sé. Mucho texto. Esto viene a que este 'trauma' como lo llamo yo (ya que nunca he ido a terapia ni a un psicólogo para que me diga lo que no funciona dentro de mi cabeza - aunque por otra parte debería ir) me ha marcado la vida. Miedo a relaciones más allá de las que se consideran amistosas. Miedo a decirle a una persona que estás a gusto con ésta y que te diga 'pues yo no' y que te rompa por dentro. Miedo incluso querer quedar con alguien con quien estás bien y que te diga 'eres una pesada, no quiero verte en la vida'. 
No he tenido muchas relaciones de lo que se consideran 'noviazgo' (podría contar 3, la última habiendo terminado en 2018) y aunque desde entonces me hayan gustado otras personas, he tenido siempre este miedo irracional a decirles algo (incluso sólo decirles 'me gustaría pasar más tiempo contigo y conocerte mejor'). Pido consejos a amigas con pareja porque no sé cómo intentar acercarme a alguien sin que me rechacen de la peor manera posible, ponerme en evidencia y hacerme sentir como el peor ser humano en este planeta. El miedo al rechazo es la peor pesadilla que podía tener.  

jueves, 2 de abril de 2020

Film Journal 2019 - Abril

Mes corto de películas...

1. I'm still here (2010 - Filmin): falso documental donde Joaquin Phoenix decide dejar la actuación y dedicarse a la música. Como troleó a medio mundo para sacarse este documento de la manga (que a veces te hace cuestionarte cositas del mundo...) Todavía me acuerdo cuando salió en las noticias que ya no se dedicaría más a la actuación. Nos lo creímos todos pero después de ver esto me pregunto ¿COMO NOS LO CREIMOS?




2. Samantha Hudson: una historia de fe, sexo y electroqueer (2018 - Filmin): historia de Samantha Hudson y como llegó donde está hoy. Mucha cosa moderna para una señora tan mayor como yo. Entretenido y un must para sus seguidores de ig.


Film Journal 2019 - Marzo

1. La Haine (1995 - Filmin): Cuenta la historia de tres chicos de etnias diferentes que viven en los suburbios de Paris. Refleja bastante bien el racismo que mucha gente blanca no ve (o no quiere ver).




2. La Favorita (2018): Peli de Yorgos Lanthimos que, sinceramente, no he visto mucho anuncio sobre ella. Personalmente es la peli de Lanthimos que más me ha gustado. Protagonistas femeninas con un poder muy fuerte. Planos muy bien estructurados y un vestuario brutal.




3. Nosotros (2019): Segunda película de Jordan Peele que me gustó menos que la primera. Para mi fue necesario buscar en youtube 'que cojones acabo de ver: nosotros edition' ya que hay veces que al ser filmes tan americanizados hay muchas cosas que al resto del mundo se nos escapa.




martes, 17 de marzo de 2020

Film Journal 2019 - Febrero

1. La Venganza de Gypsy (2018 - Youtube): Formato documental para tv donde se cuenta la historia de Dee Dee Y Gypsy Blanchard. Una historia super interesante que me enganchó desde el primero momento. 



2. Cuentos Extraordinarios (2014 - Filmin): Una recopilación de cuentos de Edgar Allan Poe en formato animación donde cada historia tiene una técnica diferente. A destacar la historia relatada por Bela Lugosi. 



3. Session 9 (2001 - previamente disponible en Netflix): peli de terror psicológico. No hay jumpscares cosa que es de agradecer. Una atmósfera malrollera impregna la película. De cocción lenta, si no te va ese rollo quizá te sea aburrida. 


4. Verónica (2017 - Netflix): La historia era para engancharse. Digo era porque después de no se cuantos años se ha sabido que estaba todo pactado entre la familia. Obviamente alguien escéptico dirá que esto no podría pasar nunca pero quien sabe (jajajja equis de). Entonces, no está mal pero tampoco es para tirar cohetes. Banda sonora brutal. 


5. Inside Out (2015 - Pronto disponible en Disney +): Tenía muchas ganas de ver esta película y no defraudó. Una manera sencilla de como pueden llegar a 'funcionar' los sentimientos. Emotiva. Recomendadisima. 



6. Velvet Buzzsaw (2019 - Netflix): Un elenco de super actores y actrices, una historia que podía llegar a ser interesante ejecutada pésimamente. Una pena ya que Jake Gyllenhaal es muy buen actor pero aquí queda como un torpe sobreactuado. 



7. Climax (2018 - Filmin): A Noé o lo amas o lo odias con toda tu alma. Yo después de ver Climax pensé que ni fu ni fa pero desde luego que una experiencia más allá de la película te llevas (sobretodo si la ves a oscuras, te provoca un tipo de claustrofobia y ansiedad que pocas películas me lo han generado a mi). La recomiendo aunque tampoco es para todo el mundo, el factor shock te lo llevas (aunque no es tan shock como en Irreversible).


8. La boda de Muriel (1994 - Filmin): Comedia con tintes de musical (de la mano de ABBA) donde empiezas la película queriendo a Muriel y la terminas amando. Una especie de Britget Jones a la australiana y mucho más desdichada que la británica. Comedia suave y entrañable. 


9. Dos rubias de pelo en pecho (2004 - Netflix y Amazon Prime): Comedia de los hermanos Wayans. Favoritísimos. Nada más que añadir. 



10. Mommy Dead and Dearest (2017 - HBO): Segundo documental sobre Dee Dee y Gypsy del mes. Enganchada a la historia es poco. 



11. Jackass (2002 - Netflix) y 12. Jackass 3 (D) (2010 - Netflix): Como niña de los 90 criada con la MTV cuando molaba, yo miraba Jackass en su formato televisivo y he seguido a los creadores hasta que MTV dejó de ser lo que era. Las otras películas de la saga las podéis encontrar en Amazon Prime.